"El éxito depende de 1% de inspiración y 99 % de transpiración"
Hoy se cumplen ochenta años de la muerte de Thomas Alva Edison, inventor de la bombilla incandescente
Al conmemorar hoy el 80 aniversario del fallecimiento en West Orange, Nueva Jersey, de Thomas Alva Edison (1847-1931), un vistazo a la luminosidad que desprende nuestro planeta por las noches, nos obliga a reconocer la visionaria mente de este "hombre que iluminó al mundo" con sus bombillas incandescentes que en 2012 desaparecerán para dar paso a su nueva versión ahorradora de energía.Aunque se dice que nació en Ohio el 11 de febrero de 1847, el año en que el presidente demócrata James K. Polk ordenó la invasión a México, encuestas y documentos ubican su nacimiento el 18 de febrero de 1848 en Sombrerete, Zacatecas.
Según estas versiones, Thomas Alva, el inventor que revolucionó el estilo de vida de la humanidad, con mil 93 patentes, tomó el apellido Edison al emigrar al vecino país.
Se le atribuyen patentes que dieron origen a la telegrafía automática, al kinetoscopio para registrar imágenes en movimiento, al fonógrafo, a las primeras grabadoras y reproductoras de sonido, a un sistema para producir cemento de mejor calidad que usó para construcción del emblemático estadio de los Yankees de Nueva York, demolido en 2008.
Así como en las baterías de larga duración para los autos eléctricos que están de moda, pero que Edison contribuyó a crear hace más de un siglo, como demuestra una fotografía de 1902 que congeló el momento en que manejaba su Studebaker eléctrico, acompañado de su hijo Chase.
Porque Edison fue el inventor por antonomasia de la industria automotriz que en 1909 produjo el Baker Electric, un vehículo eléctrico que era vendido a las mujeres por su fácil manejo, ya que era silencioso, no desprendía olor a gasolina y contaba con un pequeño estuche para cosméticos en el asiento posterior.
Lejanos tiempos que Jay Leno , dueño de un Baker Electric (1909), recordó en un artículo para Popular Mechanics en el que relató que los tenores Enrico Caruso y John Mc Cormack conducían el Owen Magnetic, otro auto eléctrico.
"Entre 1903 y 1910, Thomas Edison gastó más de tres millones de dólares, equivalentes a 71 millones de hoy, para perfeccionar su batería de níquel -hierro. Decía que pesaban la mitad que el ácido de plomo y que tenían el doble de densidad energética, por lo que sus autos eléctricos eran superiores a los de la competencia que recibía la energía de lo que hoy conocemos como baterías Exide, controladas por un grupo de cárteles", escribió Bill Moore para EV World.
Pero resultó, según relata Moore en su artículo titulado A 'Black' History of Our Oil Addiction (una negra historia de nuestra adicción al petróleo), que aquellos cárteles buscaban monopolizar las formas de transportación automotriz desde las bicicletas hasta automóviles.
"Justo cuando Edison y Ford estuvieron a punto de emprender negocios juntos para ofrecer un automóvil eléctrico a bajo costo que fuera comparable al Modelo T, un incendio destruyó casi la totalidad su centro de investigación de West Orange, Nueva Jersey, que extrañamente no tocó las áreas donde estaban almacenados los productos químicos más flamables", afirma.
A la luz de la marginación de los autos eléctricos que dieron paso a los de combustibles fósiles un siglo después, Moore comenta que al comparar los silenciosos, no contaminantes y confiables autos eléctricos de entonces, con los modelos a gasolina, estos últimos eran sucios, ruidosos y difíciles de arrancar, además de que "alimentaron cierto machismo en las mentes de los conductores".
De ese debate que sigue vivo entre los partidarios de la electricidad y quienes siguen siendo fieles a los automóviles que se alimentan con carburante queda como testimonio la foto registrada por EV World de Fred Allison, el ingeniero de Henry Ford, en un momento en que manejaba el segundo automóvil experimental impulsado por la batería de níquel-hierro que Edison había inventado.
Con 1% de inspiración y 99 % de transpiración.
Pero el tema que más atrae a los estudiosos de su biografía, como William S. Pretzer, autor de Working at Inventing: Thomas A. Edison and the Menlo Park Experience es la actividad innovadora de Edison en Menlo Park, Nueva Jersey, donde instaló los talleres para sus experimentos.
"En el contexto de sus incansables días de trabajo y de sus noches sin dormir, Thomas Edison emerge menos como un genio sobrehumano y más como una persona con talentos extraordinarios. Sólo que estos talentos se definen como su habilidad para visualizar conceptos, para pensar procesos distintos con términos análogos", dice Pretzer.
Pero también para organizar a los hombres y trabajar, siendo capaz de inspirar su optimismo, su lealtad y su dedicación. Algo que el propio Edison definió cuando afirmó que lo suyo era "1 por ciento de inspiración y 99 por ciento de transpiración", y también demostró ampliamente a lo largo de más de mil intentos para crear, el 21 de octubre de 1879, la primera bombilla incandescente de filamento que se mantuvo encendida durante 48 horas seguidas.
Sobre la innovación como motor del desarrollo humano y del crecimiento económico, el Informe 2010-2011 sobre Innovación para el Desarrollo producido por EBS Business School, destaca el papel del entorno social y político en el que surgen los innovadores.
Uruguay en el 56 y Costa Rica en el 59.
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